El Profeta Muhammad, صلى الله عليه وآله وسلم fue descrito por el Qur'an, como una persona virtuosa, apreciada por Allah. Le complacía lo que complacía al Qur'an y se enojaba lo que enojaba al Qur'an. No tomaba revancha para sí mismo y no se enfadaba por un motivo personal, a menos que se cometiera en su presencia algún hecho, contrariando los dictámenes de Allah, entonces se enojaba por la desobediencia a Él.
Era صلى الله عليه وآله وسلم el más veraz al hablar, el mac cumplidor con las deudas, el más amable y educado en las discusiones, el más generoso en la convivencia. Era más vergonzoso que una jovencita virgen en su cuarto, recataba la vista y la mayoría de sus miradas eran contemplativas. No pronunciaba palabras desagradables ni maldecía a nadie, tampoco respondía a las faltas con otras faltas, sino que perdonaba y disculpaba. Quien le solicitara alguna ayuda, encontraría en él su necesidad o con buenas palabras. No era áspero en su trato ni de carácter difícil, no interrumpía a nadie en su conversación, a menos que dijera algo injusto, entonces le llamaba la atención o se levantaba dando por terminada la conversación.
Muhammad صلى الله عليه وآله وسلم mantenía buenas relaciones con sus vecinos, era generoso con sus huéspedes, no dejaba pasar el tiempo sin realizar alguna obra que satisfaciera a Allah, y realizaba lo que era preciso en cada momento. Le gustaba ser optimista y no pesimista; al exponérsele dos casos siempre elegía el camino más fácil para resolverlo, a menos que acarrease un pecado. Le gustaba socorrer al necesitado y hacer justicia para recuperar los derechos de la persona que fuere tratada injustamente.
El Mensajero Muhammad صلى الله عليه وآله وسلم guardaba especial cariño en relación con sus compañeros, les consultaba en los asuntos de día, y se preocupaba cuando se ausentaban. Les visitaba al enfermarse, mandaba llamar a quien se ausentaba, invocaba a Allah a favor del difunto, especialmente sus compañeros (sahaba) cuando alguno de ellos moría. Aceptaba la disculpa e quien se las pedía, ante Él eran iguales el fuerte y el débil a la hora de tratarles equitativamente con justicia. Al hablar podría uno contar sus palabras porque hablaba muy clara y lentamente. Al bromear no decía más que cosas correctas y veraces.
Los Pilares Del Islam Y El Iman
Capítulo Educación, Moral Y Buenos Modales
Muhammad Ibn Yamil Zino